lunes, 15 de julio de 2013

Monogamia


Monogamia


Según nos dicen los biólogos, tan sólo el 3% de los mamíferos practican la monogamia. Entre esta minoría se encuentra la raza humana. Los seres humanos, en su gran mayoría, intentan tener y conservar una pareja para toda su vida. Por lo menos éste es el planteamiento teórico. En la práctica, las parejas no siempre duran y el que permanezcan juntas tampoco asegura la fidelidad, ni la felicidad.

Recientes descubrimientos han llevado a algunos biólogos a establecer tres tipos de monogamia: monogamia social, monogamia sexual y monogamia genética. La monogamia social se refiere a dos personas que comparten hábitat, mantienen relaciones sexuales y participan en la adquisición de los recursos básicos −casa, comida, ropa, dinero...−. La monogamia sexual implica a dos personas que mantienen exclusividad sexual entre sí. La monogamia genética, por otra parte, se refiere al hecho de que los miembros de una pareja sólo tienen descendientes con cada cual.

Centrándonos en la monogamia sexual, para algunas personas la vida transcurre en lo que se llama monogamia sucesiva: una sucesión de parejas estables, con o sin matrimonios y divorcios, en las que se mantiene la fidelidad mientras dura la relación. Otras viven en lo que nosotros llamamos monogamia aparente: coexisten relaciones estables, con o sin matrimonio, con una serie de aventuras extramaritales. Esta práctica suele más habitual de lo que socialmente estamos dispuestos a admitir. La elección de modelo suele ser personal y no de pareja y es muy difícil identificar al miembro que practica la monogamia aparente.

Existen muchas teorías que intentan explicar al fenómeno de la monogamia. Algunas ponen mayor énfasis en los aspectos genéticos, es decir, en la supuesta necesidad que tiene el ser humano de transmitir y perpetuar sus genes. Para la mujer es muy sencillo identificar a los hijos que pare, pero para el hombre solo puede hacerlo si permanece con la pareja y esta tiene dedicación sexual exclusiva a él. Curiosamente, algunos estudios han mostrado que uno de cada diez niños no es hijo biológico de quien piensa que es su padre. Otras teorías atribuyen la monogamia al dilatado tiempo que el ser humano necesita para valerse por sí mismo y la necesidad de que, durante ese periodo, sus padres permanezcan juntos y cuiden de él.

Otras teorías subrayan los aspectos sociales que contribuyen al fomento de la monogamia y que obedecen sobre todo a cuestiones culturales −tales como religión, las costumbres, las creencias... En nuestra cultura, a priori, el núcleo familiar es el que mayores garantías ofrece para la supervivencia y el feliz desarrollo del individuo. Es probable que ésta sea una de las razones por las que, tanto hombres como mujeres, se ven motivados para unirse y crear una familia fundamentada en la monogamia. Aunque, cabe recordar que, hoy día, el concepto de familia se está redefiniendo.

¿Cómo entiendes la monogamia? ¿Crees en la monogamia y la practicas? ¿Cuándo estableces una relación de pareja esperas que sea para toda la vida? ¿Es o ha sido la monogamia aparente tu opción? ¿Has visto defraudadas tus expectativas monógamas?

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