sábado, 6 de julio de 2013

masaje en los genitales


El masaje erótico en la vagina y el pene produce un intenso placer, pero también es importante conectar ese placer con el resto del cuerpo, de forma que no quede localizado en una única zona. Con el masaje que os proponemos a continuación, lograréis que vuestra pareja experimente la sensación de notar cómo el placer se extiende a todo su cuerpo en apenas unos segundos.Descubre el placer oculto de los masajes eróticos
Una vez realizado el masaje en los genitales, del que ya os hemos hablado antes en este blog, se continúa masajeando esta zona con una sola mano, mientras que con la otra frotamos el abdomen. Primero realizaremos movimientos circulares, y más tarde movimientos descendentes, hasta juntar ambas manos en la zona genital. Después de varias repeticiones, vamos subiendo una de las manos lentamente hacia el pecho, mientras la otra la mantenemos en los genitales. Masajeamos primero un pecho y luego otro, haciendo movimientos rotatorios alrededor del pezón. Esta parte del masaje es especialmente placentera para las mujeres, ya que los pezones tienen conexiones nerviosas con el útero y la vagina, por lo que es muy sencillo alcanzar el orgasmo. Además, para aumentar el placer, podemos ir subiendo poco a poco la intensidad del masaje, de forma que cada vez los movimientos sean más rápidos y más intensos.
Una vez masajeados los pechos, podemos continuar ascendiendo hasta los hombros y el cuello con una de las manos, mientras la otra la seguimos manteniendo en los genitales. La parte posterior del cuello y la cercana a las orejas es muy sensible, por lo que conviene masajearlos suavemente, casi como una caricia. Por último, podemos masajear la parte interna de los muslos de forma ascendente, algo que también es muy placentero. Es importante que al pasar del cuello a los muslos no perdamos contacto con el cuerpo de la pareja. Para ello, podemos deslizar la mano lentamente en una caricia mientras con la otra seguimos masajeando los genitales.
El último paso para conseguir que el placer se extienda por todo el cuerpo es realizar un masaje con la punta de los dedos, como una caricia. Dejamos de masajear los genitales y con ambas manos comenzamos a acariciar desde la base de la cabeza hasta las puntas de los dedos. Después, repetiremos este movimiento hasta la punta de los pies. Con ello conseguiremos que descienda poco a poco la intensidad del placer y la pareja se relaje antes de acabar el masaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario